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La pandemia de coronavirus (COVID-19) ha cambiado las reglas en el mundo, aún no lo sentimos, aún no nos damos cuenta, porque estamos encerrados en casa y los gobiernos están tratando el problema que azota nuestra frente, pero no están tomando medidas para el problema que, dentro de poco, nos golpeará inevitablemente en la cara.

Lo que verá aquí:

  1. La pandemia nos amenazará todo este año, al menos no se irá fácilmente.
  2. Lo que se nos avecina directo a la cara en la economía mundial.
  3. El nuevo mundo post pandemia.

Para empezar: Enfrentemos la realidad como es, el optimismo no servirá de nada.

El 9 de septiembre de 1965, el almirante Jim Stockdale estaba volando en una misión sobre Vietnam del Norte cuando su avión fue alcanzado por el fuego enemigo.

Stockdale se lanzó en paracaídas a un pequeño pueblo, donde fue hecho prisionero rápidamente.  Permaneció ahí en el infame Hanoi Hilton durante más de 7 años.

En su libro Good to Great , James Collins describe una conversación que tuvo con Stockdale sobre cómo se las arregló en el campo de prisioneros de guerra. ¿Quién no logró sobrevivir? fue la pregunta que le hizo.

“Oh, eso es fácil”, dijo Stockdale, “[Fueron] los optimistas. Oh, ellos fueron los que dijeron: ‘Saldremos en Navidad’. Y llegaría la Navidad, y se iría la Navidad. Luego decían: “Saldremos en Semana Santa”. Y llegaría la Pascua, y se iría la Pascua. Y luego Acción de Gracias, y luego sería Navidad nuevamente. Y murieron de un corazón roto “.

Parece extraño, ¿verdad? Hablamos mucho sobre la necesidad de optimismo. Tener esperanza y sin embargo, según Stockdale, eso es exactamente lo que no debemos hacer.

Esto es lo que describió como su estrategia ganadora:

“Nunca perdí la fe al final de la historia, nunca dudé no solo de que saldría, sino también de que prevalecería al final y convertiría la experiencia en el evento definitorio de mi vida, que, en retrospectiva, yo no cambiaría …

“Esta es una lección muy importante.  Nunca debe confundir la fe de que prevalecerá al final, lo que nunca puede permitirse perder, con la disciplina para enfrentar los hechos más brutales de su realidad actual, sean cuales sean”.

Esa tensión, entre la fe de que prevaleceremos y los hechos brutales de nuestra realidad actual, se conoció como la paradoja de Stockdale.

Y es exactamente lo que necesitamos en este momento.

El propósito de este artículo no es para llenarlo de negatividad. Al contrario, mientras más rápido sea consiente de estos hechos, más rápido podrá prepararse para lo que viene.  ¿Por qué lo digo? Pues lo hechos  y los datos científicos (no lo que dicen los políticos) demuestran las afectaciones globales de este año y no solo económicos, a menos que exista una cura.

 

La pandemia nos amenazará todo este año,  no se irá fácilmente.

El epidemiólogo y profesor Dr. Marc Lipsitch, Director del Centro de Dinámica de Enfermedades Transmisibles de la Facultad de Salud Pública de Harvard, declaró recientemente que entre el 40% y el 70% de la población mundial podría infectarse con COVID19 este año. Contraer el virus, podría ser más normal de lo que esperamos, peor aún, si no se toman medidas drásticas. 

La cuarentena que experimentamos: sirve mas bien para darle tiempo al sistema de salud y este pueda atender los casos de contagio sin llegar al colapso. NO PARA ACABAR CON ESTA PANDEMIA.

 

El primer hecho es que para detener la pandemia de coronavirus (COVID-19) debemos cambiar drásticamente nuestra forma de hacer casi todo lo que hacemos: cómo trabajamos, hacemos deporte, salimos, compramos, controlamos nuestra salud, educamos a nuestros hijos y cuidamos a los miembros de la familia.

Todos queremos volver a la normalidad cuanto antes. Pero parece que la mayoría de nosotros todavía no somos conscientes de que nada volverá a la normalidad después de unas semanas, ni siquiera de unos meses. Muchas cosas nunca volverán a ser como antes.

Después de mucho análisis, la mejor estrategia para frenar la pandemia de coronavirus requiere que nos confinemos durante dos de cada tres meses, así lo demuestra el modelo del Imperial College de Londres. Y el mes que podamos salir, las normas sociales deberán cambiar drásticamente, algo que afectará principalmente a los más vulnerables.

 

Aunque por fin se ha alcanzado un consenso generalizado sobre que cada país debe “aplanar la curva”. Todas las naciones deben imponer el alejamiento social para frenar la propagación del virus y que el número de personas enfermas no provoque un colapso de los sistemas sanitarios, como ya está pasando en Italia, España y el mismo Estados Unidos que ayer notificó que en 5 estados no tienen como atender a un paciente más. (Si eso pasa en los países más desarrollados, piense en lo que realmente está pasando en países como Ecuador y que el gobierno no está informando)

Pero incluso si el número de casos comienza a disminuir en los próximos dos a tres meses, todavía estaremos lejos del final.

Está claro que la estrategia actual de autoaislamiento, que muchos países han puesto en marcha, no es sostenible a largo plazo porque el daño social y económico sería catastrófico.

 

Estrategias de salida

Lo que necesitan los países que ya han alcanzado el pico de la epidemia es tener claro cuál va a ser la “estrategia de salida”, es decir, cómo van a levantar las restricciones y volver a la normalidad, pese a que el coronavirus no va a desaparecer.

Pero si levantan las restricciones que frenan el virus, entonces los casos inevitablemente se dispararán.

“Tenemos un gran problema en cuanto a cuál debe ser la estrategia de salida y cómo vamos a salir de esto”, dice Mark Woolhouse, profesor de epidemiología de enfermedades infecciosas en la Universidad de Edimburgo.

Ahora, no es solo Reino Unido. Ningún país tiene una estrategia de salida aún.

Es un gran desafío científico y social.

 

Básicamente, hay tres formas de salir de este problema según los mejores expertos.

  • Vacunación
  • Un número suficiente de personas desarrollan inmunidad natural tras contraer la infección
  • Cambiar permanentemente nuestro comportamiento como sociedad

Cada una de estas rutas reduciría la capacidad de propagación del virus.

 

Vacunación: Mala estrategia a corto plazo, pues se tarda al menos de 12 a 18 meses

¿¡Doce a dieciocho meses!? Sucede que una vacuna  debe dar inmunidad a alguien para que no se enferme si se expone al virus. Así que debe ser puesta a prueba por muchos sujetos y analizada en el tiempo para que no cause reacciones contrarias, con efectos secundarios o que esta misma, no se convierta en un nuevo virus.

Si se vacuna a suficientes personas, en torno al 60% de la población, y el virus no es capaz de causar brotes, se alcanzaría lo que se conoce como el concepto de inmunidad colectiva.

Esta semana recibió una vacuna experimental en Estados Unidos la primera persona, después de que se permitiera a los investigadores saltarse el procedimiento habitual de realizar primero pruebas con animales.

La investigación de vacunas se está llevando a cabo a una velocidad sin precedentes, pero no hay garantía de que sea exitosa y requerirá inmunización a escala mundial.

La mejor suposición es que una vacuna podría estar lista en entre 12 y 18 meses si todo sale bien. Si quiere lea el procedimiento que se debe llevar para la creación de una vacuna regulada.

A pesar de que a corto plazo esta no es una buena estrategia, esta podría ser la única salida.

 

Inmunidad natural: faltan al menos dos años

Ese periodo de tiempo es mucho si tenemos en cuenta las restricciones sociales adoptadas y que no tienen precedentes durante tiempo de paz, por una razón: tener COVID19 es como un arma silenciosa durante los primeros 8 a 14 días. No sabes que estás contagiando gente.

Eso significa que la pandemia debe avanzar a un ritmo más lento hasta que suficientes personas se hayan contagiado para lograr la inmunidad de grupo o inmunidad naturalmente.

Cómo funciona la inmunidad de rebaño y por qué no es una excusa ...

¿Cuánto tiempo se necesita para lograrlo y cuán severas deben ser las restricciones sociales? Mientras anunciaba algunas medidas hace unos días, el presidente de EE. UU., Donald Trump, afirmó que “con algunas semanas de acción concreta, podremos solucionarlo rápidamente”, a lo que sus científicos dijeron: ERROR SEÑOR PRESIDENTE.

En China, después de seis semanas de encierro, el contagio ha empezado a disminuir ya que el número de nuevos casos ha caído en picado.

Sin embargo: China tiene 47 nuevos casos de COVID19 y 4287 activos que están en tratamiento.  Según un miembro del equipo de prevención y control de enfermedades infecciosas en Wuhan, todos los días la ciudad continúa registrando “varias o más de una docena de individuos infectados asintomáticos”, que son personas que han dado positivo por Covid-19, pero no se sienten enfermos y están excluidos de los números publicados.

China, alega que muchos son casos importados, ya que son muchos los chinos que han regresado a su país después de todo el caos. Si quiere profundizar vea la nota aquí. 

El problema es ese. Mientras haya una sola persona en el mundo con el virus, los brotes pueden y seguirán ocurriendo sin controles estrictos para contenerlos.  Por esa razón, llegar a la inmunidad de grupo o imnunidad natural (el proceso mostrado en la imagen anterior) podría tomar hasta 2 años a nivel mundial en llegar a su total control.

En el reciente informe (pdf), los investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido) propusieron una forma de actuación: imponer medidas de alejamiento social más extremas cada vez que los ingresos en las unidades de cuidados intensivos (UCI) empiezan a aumentar, y suavizarlas al reducirse la cantidad de las personas ingresadas. Así lo presentan en un gráfico.

Casos semanales de ingresados en UCI

Los episodios periódicos de distanciamiento social mantienen la pandemia bajo control.

Gráfico: Los períodos regulares de confinamiento social mantienen la pandemia bajo control. Créditos: Equipo de respuesta a COVID-19 del Imperial College.

La línea naranja representa a los ingresados en UCI. Cada vez que se eleva por encima de un umbral, por ejemplo, 100 a la semana, el país cerraría todas las escuelas y la mayoría de las universidades e impondría el confinamiento social. Cuando los ingresos vuelven a caer por debajo de 50, esas medidas se levantarían, pero las personas con síntomas o cuyos familiares tuvieran síntomas deberían seguir en sus hogares.

¿Qué se considera como “alejamiento social”? Los investigadores lo definen así: “Reducir el contacto fuera del hogar, en la escuela o en el lugar de trabajo en un 75 %”. Eso no significa que haya que salir con los amigos una vez a la semana en lugar de cuatro veces, sino que todos harían lo máximo posible para minimizar el contacto social, lo que, en general, reduciría el número de contactos en un 75 %.

Según este modelo, los investigadores concluyen que el alejamiento social y el cierre de escuelas deberían producirse aproximadamente dos tercios del tiempo, es decir, dos meses sí y uno no.

Sin embargo, en el modelo de los científicos investigadores que mencioné antes, esa estrategia no logró resolver el problema. Sin el alejamiento social de toda la población, el modelo predice que incluso la mejor estrategia de mitigación, que significa aislamiento o cuarentena de los enfermos, de los ancianos y de los que han estado expuestos, además del cierre de escuelas, aún provocaría un aumento de las personas gravemente enfermas ocho veces mayor de lo que podría soportar el sistema de EE. UU. o de Reino Unido.

(Esa es la curva azul más baja en el gráfico a continuación; la línea roja plana es el número actual de camas en UCI.) Incluso si las fábricas empezaran a producir más camas y respiradores y todas las demás instalaciones y suministros, aún harían falta muchos más médicos y enfermeras para atenderlos a todos.

Gráfico: En todos los escenarios sin alejamiento social generalizado, el número de casos de COVID-19 satura a los sistemas sanitarios. Créditos: Equipo de respuesta a COVID-19 del Imperial College.

¿Y si solo se imponen restricciones durante unos cinco meses?

Tampoco serviría: cuando se levantan las medidas, la pandemia vuelve a estallar, solo que esta vez sería en invierno, el peor momento para los sobrecargados sistemas sanitarios.

Gráfico: Si se impone el alejamiento social completo y otras medidas durante cinco meses, y luego se levantan, la pandemia regresa. Créditos: Equipo de respuesta a COVID-19 del Imperial College.

¿Y qué pasaría si decidiéramos actuar de forma brutal? Es decir, ¿qué pasaría si decidimos mantener las UCI hasta los topes para instigar el alejamiento social, aunque eso suponga un aumento de los fallecidos? Resulta que eso tampoco supondría una gran diferencia. Incluso en el escenario menos restrictivo del Imperial College, deberíamos permanecer encerrados más de la mitad del tiempo.

Esto no es una alteración temporal. Se trata del inicio de una forma de vida completamente diferente.

Cambiar permanentemente nuestro comportamiento como sociedad

No estimado lector, esto no acabará en 20 ni 30 días.  

A corto plazo, esto será muy perjudicial para los negocios que dependen de juntar a grandes cantidades de personas: restaurantes, cafeterías, bares, discotecas, gimnasios, hoteles, teatros, cines, galerías de arte, centros comerciales, ferias de artesanía, museos, músicos y otros artistas, centros deportivos (y equipos deportivos), lugares de conferencias (y organizadores de las mismas), cruceros, aerolíneas, transporte público, escuelas privadas, guarderías.

Por no hablar de las tensiones que los padres tendrán para educar a sus hijos en casa, de las personas que cuidan a sus parientes de edad avanzada para no exponerlos al virus, de las personas atrapadas en relaciones abusivas y de cualquiera sin ahorros para lidiar con los cambios en sus ingresos.

Pero esta es la realidad, así que tendremos que adaptarnos: los gimnasios podrían empezar a vender máquinas para hacer ejercicio desde casa y sesiones de entrenamiento online, por ejemplo. Veremos una explosión de nuevos servicios en lo que ya se ha denominado como la “economía confinada” (tenerlo todo sin salir de casa).

La paralización de tantas empresas y medios de vida será imposible de manejar. Y el estilo de vida confinado durante períodos tan largos simplemente no es sostenible. Cuando se agotan los recursos físicos y humanos para la atención médica directa, vas a tener algunos eventos desafortunados.

¿Entiende lo que podría significar esto para los países con menos capacidad económica? Ya en Colombia se registran saqueos por personas que no tienen qué comer.  Si todo sigue así como va en Ecuador y otros países de LATAM, en 2 semanas pasará lo mismo.

Lo que no estamos viendo venir es que se nos avecina una recesión mundial única en la historia del mundo.

China cae un 11% el PBI, eso nunca ha pasado antes.  Si bien al año hacen  2, 41 billones en exportación, una vez que “salgan de la cuarentena” el 8 de abril como lo anunciaron y la gente lentamente pueda volver a sus trabajos, la pregunta es:  ¿A quién le vendes? Si los demás países están tratando de sobrevivir. 

Este jueves el Ibex registró el mayor hundimiento de su historia, un descenso del 14,06% que alimenta los peores temores en USA. Desde la expansión de la epidemia por Europa, las 35 mayores empresas cotizadas en España han perdido casi 235.000 millones de euros que se han evaporado del parqué en 22 días.

En estos momentos  la CEPAL estima una contracción de -1,8% del producto interno bruto regional, lo que podría llevar a que el desempleo en la región suba en diez puntos porcentuales. Esto llevaría a que, de un total de 620 millones de habitantes, el número de pobres en la región suba de 185 a 220 millones de personas; en tanto que las personas en pobreza extrema podrían aumentar de 67,4 a 90 millones.

“Necesitamos repensar todo, la economía completa. Necesitamos una nueva visión para enfocarnos en cómo sobrellevar este escenario tan difícil que tenemos por delante”, fueron las palabras de  Bárcena, autoridad máxima en la CEPAL. 

 

Este año, jamás volverá a ser el mismo.

 

Aunque te recuperes, el COVID19 te cambiará para siempre y a todos.

Neumonía

Así se ve un pulmón con Coronavirus.

La Autoridad Hospitalaria de Hong Kong reportó algunas de las tremendas secuelas que viven ciertos pacientes recuperados del coronavirus, entre ellos la falta de capacidad pulmonar.

El doctor Owen Tsang Tak-yin, director médico del Centro de Enfermedades Infecciosas de la autoridad en el Hospital Princess Margaret de Kwai Chung, en Hong Kong, dijo al South China Morning Post que después de monitorear a 12 pacientes dados de alta por COVID-19, tres de ellos no pudieron realizar sus actividades como antes.

Tsang explicó que sienten falta de aire al caminar más rápido de lo normal, e incluso han experimentado una caída de entre 20 y 30 por ciento en su función pulmonar. De hecho, nueve de esos pacientes monitoreados fueron sometidos a escáneres pulmonares y los médicos encontraron que sus pulmones tienen apariencia de vidrio molido, condición que sugiere un daño en esos órganos.

Piénselo, mucha gente que era atleta, que se cuidaban y hacían ejercicio, gente que salían a trotar para cuidar su salud, gente que nunca fumó un tabaco en su vida, ahora presentarían problemas pulmonares quizá de por vida. Muchos no podrán volver a sus actividades normales nunca más.

 

ES MALDITAMENTE SERIO QUEDARSE EN CASA.

 

Esta consecuencia física cambiará los hábitos de consumo, recreativos y sociales, cambiará la forma de conducta y relación con las demás personas, podría ocasionar despidos por falta de capacidad física, más personas con carnets de discapacidad física, menor calidad de vida, gente con niveles de estrés altos y con miedo,  entre muchas cosas más que aún no estamos viendo venir.

 

Entonces, ¿cómo podremos vivir en este nuevo mundo? 

Con suerte, parte de la respuesta será que tendremos mejores sistemas sanitarios, con unidades de respuesta ante pandemias capaces de actuar rápidamente para identificar y contener brotes antes de que empiecen a propagarse, y con la capacidad de aumentar rápidamente la producción de equipos médicos, kits de prueba y medicamentos. Aunque todo esto no ha llegado a tiempo para detener al COVID-19, sí nos ayudará con las futuras pandemias.

A corto plazo, probablemente nos obligaremos a mantener una vida social aparente. Los cines podrían eliminar la mitad de sus butacas, las reuniones se llevarán a cabo en salas más grandes con sillas más separadas y los gimnasios requerirán reservas de sesiones de entrenamientos con antelación para que no se llenen de gente.(Tratando de ser optimista)

El sector turismo será de los más afectados. En los aeropuertos, la gente deberá tener un registro virtual con códigos QR que permita saber primero si usted es una persona sana, segundo si no ha tenido contacto con otros cercanos que hayan estado contagiados. Luego tendrá que pasar al menos 15 días en cuarentena para luego poder acceder a  un país. (Actualmente es lo que está pasando en China)

Pero, al final, recuperaremos la capacidad de socializar de manera segura con el desarrollo de formas más sofisticadas de identificar quién representa un riesgo y quién no, y discriminando, legalmente, a los primeros.

Se pueden ver distintos presagios de este futuro en las medidas que algunos países ya están tomando. Israel utilizará los datos de ubicación de los teléfonos móviles con los que sus servicios de inteligencia rastrean a los terroristas para seguir a las personas que han estado en contacto con los confirmados portadores del virus. Singapur realiza un exhaustivo seguimiento de contactos y publica datos detallados sobre cada caso confirmado, sin identificar a las personas por su nombre.

 

Lea aquí sobre el APP que podría salvar cientos de vidas en época de pandemia.

 

No sabemos exactamente cómo será este nuevo futuro, por supuesto. Pero es posible imaginar un mundo en el que, para tomar un vuelo, a lo mejor haya que registrarse en un servicio que rastree los movimientos de los pasajeros a través del teléfono. La aerolínea no podría ver dónde habían ido, pero recibiría una alerta si algún pasajero ha estado cerca de personas infectadas confirmadas o de puntos calientes de enfermedades.

Habría requisitos similares en la entrada a grandes sitios, como edificios gubernamentales o centros de transporte público. Habría escáneres de temperatura en todas partes, y su lugar de trabajo podría exigirle usar un monitor que controle su temperatura u otros signos vitales. Actualmente, las discotecas hacen controles de edad y puede que, en el futuro, también exijan un justificante de inmunidad: una tarjeta de identidad o algún tipo de verificación digital a través del teléfono que demuestre que la persona ya se ha recuperado y vacunado contra la última cepa del virus.

Nos adaptaremos y aceptaremos esas medidas, de la misma forma que nos hemos acostumbrado a los cada vez más estrictos controles de seguridad en los aeropuertos a raíz de los ataques terroristas. La vigilancia intrusiva se podría considerar un pequeño precio a pagar por la libertad básica de estar con otras personas.

Como de costumbre, además, el coste real será asumido por los más pobres y los más débiles. Las personas con menos acceso a la sanidad y las que vivan en áreas más propensas a enfermedades también serán excluidas con mayor frecuencia de lugares y oportunidades abiertas para todos los demás. Los trabajadores autónomos, desde conductores hasta fontaneros e instructores de yoga, verán que sus trabajos se precarizan aún más. Los inmigrantes, los refugiados, los indocumentados y los expresidiarios se enfrentarán a otro obstáculo para hacerse un hueco en la sociedad.

Además, a menos que se impongan reglas estrictas sobre cómo se calcula el riesgo de contraer una enfermedad para cualquier persona, los gobiernos y empresas podrían elegir cualquier criterio: ganar menos de 30.000 dólares al año podría considerarse un factor de riesgo, así como tener una familia de más de seis miembros y vivir en ciertas partes de un país, por ejemplo.

El mundo ha cambiado muchas veces, y ahora lo está haciendo de nuevo. Todos tendremos que adaptarnos a una nueva forma de vivir, trabajar y relacionarnos.

Pero como con todo cambio, habrá algunos que perderán más que la mayoría, y probablemente serán los que ya han perdido demasiado. Lo mejor que podríamos esperar es que la gravedad de esta crisis finalmente obligue a los países, en particular a EE. UU., a corregir las enormes desigualdades sociales que provocan que grandes franjas de su población sean tan extremadamente vulnerables.

Todo está cambiando silenciosamente.

Ecuador no podrá salir de números rojos al menos en 2 años, ya teníamos un impacto negativo de 0,13% en la previsión del PIB a precios constantes para 2019. Más el pago de la deuda $ 324 millones correspondientes al bono 2020. 

A este paso, aunque se renegocie la deuda, no podremos decir que somos Ecuatorianos: Le pertenecemos al FMI y a China. Pues de esos $324M, $ 1.000 millones son deuda bilateral con China.

No se sorprenda, China tendrá un poder inmenso en el mundo. USA tiene un 70% de probabilidad en dejar de ser la primera economía del mundo y por eso, como medida desesperada La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) lanzó nuevas medidas económicas para menguar el impacto causado por el coronavirus. Puso a disposición 300.000 millones de dólares para “apoyar el flujo de crédito a empleadores, consumidores y empresas” pero que podría matar a más de 1 millón de personas según los cálculos, si levantan el confinamiento. 

Súmelo a esto que China tiene actualmente más datos que Facebook y está metido en los celulares de todo en el mundo

¿Cómo así?

Pues Tik Tok, ahora es la app más descargada del mundo y esta se alimenta de los datos de facebook para hacer login.

WhatsApp ya no es la aplicación más descargada del mundo en el ...

Y si, por si no lo sabías: Tik Tok es de CHINA.

Todo esto, nos indica cosas muy claras: DEBEMOS PREPARANOS Y ADAPTARNOS PARA LO QUE SE NOS VIENE, siendo realistas, pensando con claridad, siendo recursivos, altamente cuidadosos y manteniendo la fé.

Gracias de verdad por leer hasta aquí.

Te prometo que será la última vez que escriba algo así de denso, pero esto tenías que saberlo para saber la realidad de las cosas y para que puedas prepararte para lo que se avecina. Lo que escribiré  de ahora en adelante serán datos e ideas para crear nuevos productos y negocios en estas crisis emergente. Con pensamiento  GLOBAL.

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Si entrar a mayor profundidad en la estrategia para sobrellevar el COVID19 lea esta impresionante artículo, de click aquí. 

Créditos: MIT Technology Review

 

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